lunes, 10 de septiembre de 2018

Nikola Tesla

Nikola Tesla, físico, ingeniero mecánico y electricista nacido en Smiljan (Croacia) en 1856, inventor de la corriente alterna, el sistema polifásico de distribu-ción eléctrica, el motor asíncrono, la radio, el campo magnético rotativo o la tecnología inalámbrica, entre otros muchos.
Colaboró en el desarrollo de técnicas como la robótica, la balística, el control remoto, el radar, la física nuclear y la física teórica. Gracias a Tesla, en 1893 se construyó la primera central hidroeléctrica en las cataratas del Niágara y, tres años después, se consiguió abastecer de electricidad la ciudad de Búfalo (Nueva York).
A pesar de ser uno de los mayores inventores de la Historia, Nikola Tesla no pudo comercializar nada ni encontrar financiación que hiciera realidad la mayo-ría de sus proyectos en vida, demasiado colosales para ser llevados a cabo por una sola mente. Entre ellos: la combustión de nitrógeno atmosférico, el arte de la teleautomática, el aprovechamiento de la energía del sol, etc.
En 1943 fue acreditado como inventor de la radio en Estados Unidos, y Tesla es la unidad de medida del campo magnético en el Sistema Internacional de Unidades.
“Nuestras virtudes y nuestros defectos son inse-parables, como la fuerza y la materia. Cuando se separan, el hombre no existe”. Esta es una de las sentencias más conocidas de Nikola Tesla, cuya rígida y ordenada escritura demuestra, a primera vista, virtudes y defectos como la disciplina y la inflexibilidad, la determinación y la impulsividad o el espíritu crítico y, a su vez, mordaz.




Entrando en materia, se puede interpretar la suma de rasgos como el orden, el tamaño pequeño, la rigidez, los espacios internos anchos, el balance espacial entre zonas, formas angulosas y rizos subjetivos, como el dominio de la razón sobre los sentimientos y la anteposición del trabajo a las demás facetas de la vida, llegando incluso a rozar el fanatismo por la creación de mecanismos que respondan a los pro-blemas de la sociedad.

El ingenio y la creatividad emergente acompañan su pensamiento lógico, facultades que se pueden otor-gar a una persona de escritura rítmica, simplificada, combinada, enlaces singulares en zona superior y detalles como disparos finales acerados o la “i” desligada de sus letras colindantes.




Como en todo creador, no faltan en Tesla particu-laridades como la imaginación y la ensoñación, vistas tanto en su escritura isolée con mayúsculas originales, altas y anchas en zona superior, puntos altos de la “i” y barra de la “T” de la firma por encima del eje vertical, como en sus propias palabras: “¡Ah! Señorita Merington, cuando yo empiece a ganar mis millones resolveré su problema. Compraré una manzana entera en Nueva York, construiré una villa para usted en el centro y la llenaré de árboles. Entonces tendrá su casa de campo sin salir de la ciudad”.

La escritura angulosa, rígida y sobrealzada junto a los espacios internos excesivos demuestran que, como muchos otros creadores, Tesla era indivi-dualista, severo y nada fácil de contentar, siendo uno de sus mayores obstáculos la dificultad del trabajo en equipo.
“No nos debemos dar por satisfechos simplemente con lo conseguido. Tenemos por delante una tarea mayor que cumplir para evolucionar hacia medios de explotación de la energía que sean inagotables, para perfeccionar métodos que no impliquen el consumo y despilfarro de cualquier clase de material” son palabras que denotan perseverancia y ambición, y que vemos reflejadas en su grafismo anguloso y preciso, regular, de proyección decidida, rasgos enérgicos, escritura lanzada, sobrealzada, puntos altos y avanzados, mayúsculas altas y, en especial, los inicios y finales en la zona inferior en la firma.
La escritura ordenada, clara, regular y pequeña, los márgenes cuidados, y la presencia de detalles, correcciones y subrayados muestran rasgos como el perfeccionismo, la minuciosidad, sentido del orden y espíritu de sacrificio, virtudes éstas que, a su vez, quedan reconocidas por las propias palabras del inventor al afirmar: “Cualquiera que sea el resultado inmediato de estos experimentos, tengo la esperanza de que serán sólo un paso hacia futuros desarrollos que desembocarán en la ideal y final perfección”.
En su faceta social, Tesla era persona introvertida, reservada y muy selectiva, tanto a nivel de amistades como a nivel más íntimo, actitud visible en una grafía pequeña, sobria, cerrada y rígida, espacios internos excesivos, jambas cortas y estrechas, y barras breves, y en alguno de sus recuerdos: “He planeado dedicar toda mi vida a mi trabajo, y por esa razón me he negado a buscar el amor y la compañía de una buena mujer”.
No obstante, la escritura clara, ordenada, rectilínea, progresiva y ponderada es prueba de lealtad hacia uno de sus escasos aliados y buen ejemplo de ello se encuentra en una de sus cartas: “Señor Westinghouse, […] usted se ha portado conmigo como un amigo: creyó en mí cuando nadie más lo hacía y ha tenido el coraje de seguir adelante… valor que otros no tuvieron. Me apoyó incluso cuando sus propios ingenieros no eran capaces de ver las maravillas que usted y yo soñábamos […] Déme su contrato; aquí está el mío. Los haré pedazos. Ya puede olvidarse del problema que planteaban mis derechos. ¿Le parece bien?”.
Así pues, Nikola Tesla reúne en su grafismo las virtudes necesarias para ser un excelente inventor y los defectos típicos de la persona individualista y solitaria, y que le llevaron a ser el genio incom-prendido que fue.

Maria Josep Claret / Montserrat Edo

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