Amado Ballandras nació en Buenos Aires, el 17 de marzo de 1919. Creció en un ambiente instruido, se licenció en Dere-cho en Uruguay y se doctoró en Psicología en Indiana (EEUU). Está acreditado como uno de los grafólogos trascendentales de los países latinoamericanos.
Aquellos que le conocieron personalmente, le definen co-mo una gran persona, detallista, culta, de inteligencia privile-giada, conocedor de lenguas y música, y un académico digno, magnánimo, capaz de transmitir sus conocimientos y generoso en las aportaciones de todo aquello que él consideraba esencial.
Durante su vida profesional como grafólogo, impartió múltiples conferencias, simposios y jornadas. Siendo un gran conocedor y entusiasta de esta disciplina, hizo interesantes aportaciones, como las basadas en el ámbito de la grafopato-logía, especialmente, en el estudio del cáncer, donde estipulaba el impacto emocional como uno de los factores desencade-nantes de esta enfermedad. Obtuvo la condición de Jefe de Equipo en la sala de oncología del hospital “Bernardino Rivada-via”, uno de los centros hospitalarios públicos más importantes de Buenos Aires, e igualmente participó como coadjutor en el área de rehabilitación del hospital especializado “María Ferrer”.
Su vocación y su perseverancia le llevaron a fundar el Instituto Superior de Humanidades, la edición de la Revista de Grafología (1961) y, tiempo después, a asumir el cargo de Director en el Instituto de Antropología Médica.
Para Ballandras, la década de los 70 no pudo empezar mejor. En el periódico ABC de Madrid, 28 de junio de 1970, apareció el artículo “Ciencia Nueva”, dónde uno de los mejores escritores de literatura hispanoamericana del siglo XX, premio Nobel de Literatura 1967, Miguel Ángel Asturias, elaboró un encomio a su persona y a la grafología argentina.
En 1971, convocó y organizó el I Congreso Internacional de Grafología en Buenos Aires. El encuentro tuvo gran éxito, pues a este concurrieron personalidades destacadas en la materia, tanto de su país como del extranjero. Y con el apoyo de la Dirección General de la Ciudad de Buenos Aires se celebraron el II y III congreso en los años posteriores.
Un año después, el Dr. Ballandras viajó a España invitado, junto a otros profesionales, por el Dr. Bonifacio Piga, Vice-decano de la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid, a fin de elaborar un curso de Grafología Científica, donde expuso sus conclusiones sobre grafopatología y sus métodos de aplicación en reeducación de la escritura. El Intercambio Hispano-Argentino generó una convocatoria social importante, reuniéndose a modo de recibimiento grafólogos de la talla de Augusto Vels, Mauricio Xandró, Silvia Ras y Angelina Ladrón de Guevara.
En 1981, con la creación del Colegio de Graduados en Grafología de la Argentina, institución encomendada a unificar a los aficionados del país, el Dr. Ballandras presidió el Tribunal de ética profesional, que es el ente encargado de controlar el trabajo de sus afiliados.
Muestra gráfica: Amado J. Ballandras (J. Cavalli)
Escribió numerosos e interesantes artículos, tanto de psicología como de grafología, en revistas especializadas, pero su mejor legado está constituido por los títulos:
* Teoría de la personalidad integral, Editorial I.S.A.L., 1960.
* Grafopatología y Grafoterapia, Escuela Medicina Legal, Universidad Complutense de Madrid, 1972 (coautor con Dr. B. Piga, Prof. M. Xandró, S. Ras, etc).
* Progresos de la moderna grafoterapia, Revista Escritura y Grafología, Soespgraf, Madrid, 1977.
* Progresos de la moderna grafoterapia, Revista Escritura y Grafología, Soespgraf, Madrid, 1977.
Entre sus adagios, optamos por el que dice:
Orgullo Argentino - Gracias por recordarlo.
ResponderEliminarSiempre debemos recordarlos. Sin ellos, la grafología no sería lo que es, no tendría la base sólida de la que goza hoy en día. Gracias, Amelia.
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