lunes, 8 de septiembre de 2025

La represión como mecanismo de defensa


El término mecanismo de defensa parte de la idea de expulsar de la mente consciente aquellas demandas o situaciones instintivas que nos resultan indeseables y proceder a mantenerlas alejadas.

Cualquier defensa puede ser normal o patológica, en función de la realidad externa y de las relaciones anteriores de la persona. Por ello, veremos que es distinto evitar desviar ideas, emociones o acciones que producen ansia porque necesitamos concentrarnos en un estudio, que reaccionar siempre disociadamente ante las relaciones interpersonales más frecuentes.

El primer caso, se trata de una disociación parcial, pasajera y accidental al servicio del desarrollo personal. El segundo, de una disociación que puede estar al servicio del narcisismo del individuo y, por lo tanto, de la dificultad de relación.

La represión es el primer mecanismo de defensa que fue designado y descrito por el propio Sigmund Freud, que afirmó que sería el modelo conceptual para entender el conjunto de mecanismos de defensa o, generalizando, la misma defensa.

Cuando expresamos el concepto represión como meca-nismo de defensa, deducimos que es aquella “operación mental” por la cual la persona hace un esfuerzo por mantener en la inconsciencia cualquier representación mental basada en la ansiedad (pensamientos, imá-genes, recuerdos, etc.). Para ello, y sólo mediante alusiones reparativas, el yo podrá eludir el elemento reprimido, aunque esta solución no es viable debido a que constantemente deberá reproducir esos parches personales para que no existan situaciones asociadas que nos lo recuerden, rompiendo el equilibrio personal. 

Un ejemplo de conocimiento común y de fácil obser-vación, es el caso de la adolescente que aún no ha resuelto sus conflictos personales con sus progenitores y, ante la figura paterna, odiada constantemente, pero amada de forma inconsciente, puede enamorarse y elegir relaciones amorosas que se basen involuntaria-mente en conservar la figura del padre y, al surgir los primeros problemas de la relación, se producen rupturas en ésta.  

Pueden ser síntomas determinantes de la represión: la depresión, la nostalgia, la inseguridad, la pérdida de confianza en si mismo, el miedo a manifestarse, los complejos de culpabilidad sexual o de impotencia, etc. 

Como mecanismo de defensa, la represión podrá ser pasajera o patológica. La primera es debida a una cierta repulsión de contenidos inconscientes o impul-sos que se presentan sobre la conciencia, es decir, reprimimos todo aquello que haría peligrar a nuestro yo en la realidad, como por ejemplo cualquier deseo irrealizable, sobre todo dentro del campo sexual. En cambio, la represión patológica y continuada puede ser motivada por la mala influencia de una educación equívoca y que conduce a la persona a una visión incompleta de la realidad. 

Cuando la represión es demasiado frecuente, las tensio-nes se van acumulando, así como la concentración para mantenerla, hasta el punto de provocar cierta confusión mental y de llegar a caer en la neurosis.

Rasgos grafonómicos:

Como signos gráficos que puedan demostrar la repre-sión del yo, hallaremos:

  • Márgenes izquierdo y derecho amplios  
  • Espacios internos amplios o muy estrechos
  • Letras adosadas
  • Tamaño pequeño
  • Escritura caligráfica
  • Artificial
  • Líneas rígidas horizontales o en abanico  
  • Inclinación invertida
  • Presión desplazada
  • Vacilante/ Torsiones/ Temblores/ Sacudidas
  • Suturas/ Retoques
  • Lenta o pausada
  • Yuxtapuesta/ Posibles lapsus de cohesión

En cuanto a características gráficas individuales:

  • Óvalos disociados o aplanados
  • Presencia de arcos o arcos angulosos
  • Signos de suspensión/ Finales podados
  • Actos fallidos/ Letras finales irreconocibles 
  • Rizo de la ocultación 
  • Hampas y/o jambas reseguidas o angulosas
  • Jambas cortas o truncadas orientadas a la izquierda
  • Jambas inacabadas, regresivas, triangulares o enroscadas
  • Barras bajas y/o cortas
  • Barras y/o signos accesorios omitidos 
  • Rasgos regresivos en base de mayúsculas


Se observa un posible ejemplo de represión patológica en la escritura de Joseph Goebbels, Ministro de la Ilustración Pública y la Propaganda de la Alemania nazi, donde destacan unos amplios márgenes, espacios internos muy estrechos, la escritura empequeñecida, orientación invertida, líneas horizon-tales rígidas, presencia de arcos angulosos, óvalos cerrados, ejes verticales reseguidos, parte de las jambas cortas y de las barras de la “t” cortas y ubicadas a la izquierda del asta.
La firma es afín al texto, salvo por el tamaño, sobre todo de las mayúsculas.

Maria Josep Claret
Montserrat Edo 

ⓒ Mecanismos de defensa en el grafismo


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Powered By Blogger