Hemos encontrado algunas valiosas referencias de finales del s. XIX, que iremos comentando en sucesivas ocasiones. Entre ellas, merece ser mostrada la que corresponde al “análisis” que realizó y del cual nos ha quedado constancia escrita, D. Segundo SABIO DEL VALLE, fechado en 1889, en el que se perfila un breve boceto de la personalidad del Dr. Thebussem, D. Mariano Pardo de Figueroa y de la Serna (Medina Sidonia, 18 de noviembre de 1828-ibídem, 11 de febrero de 1918), un escritor, cervantista, filatélico y gastrónomo español. Acreditado por sus incursiones en los tratados culinarios, era conocido como Doctor Thebussem. Así mismo nos consta por referencias que D. Segundo SABIO DEL VALLE publicó con posterioridad un amplio artículo en la revista La Naturaleza, bajo el título “Las revelaciones de la escritura”, en 1892.
Parece que este autor aprendió o estudió Grafología en Suiza, no nos consta si directamente o bien a través de las obras, posiblemente de MICHON que, por aquel entonces ya eran bastante populares.
En todo caso, podemos afirmar en este momento que se trata del primer análisis del cual se tiene una constancia escrita y publicada en este país.
Veamos pues, sin más preámbulos, el mencionado análisis correspondiente al Dr. Thebussem.
“Retrato Moral del Dr. Thebussem:
Está dotado de un gran corazón y de una bondad extrema, rayana en la dulzura. Esto le consta hasta el punto que tiene sus medidas para no dejarse arrastrar de sus inclinaciones naturales.
La escritura revela sensibilidad contenida, o sea lucha entre el corazón y la cabeza. De ahí que siendo instintivamente impulsado a la confianza, a la franqueza, a la expansión, a la indulgencia, se muestra también precavido, cauto, desconfiado, prudente y posea la generosidad con orden, la franqueza con tacto y la expansión según con quien.
Es una naturaleza noble, leal, enemigo de la pretensión y del pedantismo. Sabe lo que vale, tiene el sentimiento de su fuerza pero por su carácter sin egoísmo y modesto es siempre simpático, afable, sociable. Si no hubiese en él esta ponderación, si no se contuviese tanto, sería más decidor, más alegre todavía, pero parece aborrecer o temer toda clase de excesos y sujeta su imaginación, su vivacidad, etc. como si hubiese tomado para sí el lema antiguo: In medio stat virtus.
Nota: la carta examinada es del año 1888. En el año que ha transcurrido el carácter puede haberse modificado en algo.
Retrato intelectual del Dr. Thebussem:
Tiene una inteligencia enciclopédica, es decir, sabe a la vez concebir y razonar.
Dotado por igual de intuición, de idealismo y de deducción, de lógica puede abrazar todos los conocimientos humanos. Esto le conduce tal vez a ser erudito y superficial a menos que durante algún tiempo pueda prescindir de los mil conocimientos variados que posee para hacerse especialista en uno de ellos.
Su espíritu está cultivado y secunda poderosa-mente la inteligencia pues tiene gran lucidez, buen golpe de vista, se fija bien, afecciona el orden y odia a la par el estilo afectado y los sutiles distingos. Sus disposiciones le llevan a indagar, a buscar la verdad, al género didáctico o filosófico pero sin sequedad, sin abstracción, dando siempre la preferencia a todo lo que encierra en sí cierta poesía.
Posee el sentimiento marcado del arte aunque éste no sea aún bastante acrisolado.
En fin, si para diplomático se necesita saber mentir, el Dr. T. no vale paro ello; más si se puede conciliar la diplomacia y la verdad este señor tiene un talento especial para las negociaciones con su carácter bondadoso y moderado, con su talento sabe avanzar, retroceder, plegarse y salirse con la suya.
Firma: Segundo Sabio del Valle (sic)
Germán Belda
Revista Trazos nº 44.