LOS ATISBOS GRAFOLOGICOS DE PROUST
He aquí un autógrafo de Marcel Proust, que ofrece un doble interés a los aficionados a estos estudios: uno el de su hermosa grafonomía en sí, como el de todo hombre ilustre, por su sello de inconfundible personalidad; y otro, por sus atisbos grafológicos de inestimable valor, precisamente por tratarse de un profano en la materia, guiado por su maravilloso don de observación y expresado con la fina interpretación psicológica que distinguía aquel genio sutil.
Doy la traducción, que no interesaría si se tratara únicamente de la morfología gráfica.
En ésta puede el lector admirar el irreprochable ritmo, la simplificación, las mayúsculas estéticas, la burilada presión, y, sobre todo, la armonía y la gracia del conjunto.
“…Cada vez que, a la hora del desayuno, traían el correo, yo reconocía en seguida cuándo era de él (Saint-Loop) la carta, porque ésta tenía siempre esa doble faz que un ser muestra al estar ausente; y, en cuyos rasgos los caracteres de la escritura) no hay ninguna razón para que no creamos asir una individualidad, tan claramente como en la línea de la nariz o en las inflexiones de la voz.”
El escritor ha descubierto por sí mismo que la escritura posee una expresión facial. O, si lo preferís, una faz reveladora.
Matilde Ras