Nació en Neuhof, al sur de la República Checa, en septiembre de 1865, en el seno de una familia de granjeros. Ejerció como maestra y, más tarde, comenzó a lidiar con las escrituras, por lo que, podemos afirmar que dedicó toda su vida a la enseñanza y a la grafología. Fue la grafóloga y escritora femenina más conocida de este ámbito durante el Imperio austro-húngaro.
A la edad de 25 años era ya miembro de una asociación de grafología en París, con toda seguridad la SFG, conocida a finales del s.XIX como Société de Graphologie.
En 1894 intentó llevar a cabo su primera actuación en su país que, al principio, fue prohibida, aunque más tarde vería la luz e influyó en el establecimiento de un instituto de grafología en la República Checa.
Fue, asimismo, una buena conferenciante, asistiendo a congresos científicos por toda Europa.
Viena también tuvo la oportunidad de percibir sus habilidades, ya que fue la primera mujer que en 1897 hizo juramento como profesional de la escritura en la Corte Provincial de Viena.
En abril de 1902, la revista semanal argentina Caras y Caretas presentó como primer grafólogo oficial a Rudolfina Poppée, considerada “la primera mujer en aplicar la grafología en la práctica sobre una base científica y que es sin duda un experto en este campo. En reconocimiento de sus méritos, el gobierno austriaco le ha dado permiso para establecer un instituto de grafología con el fin de proporcionar ser-vicios a los tribunales y al público en general”.
En cuanto a la publicación de sus obras: En 1908 publicó su primer libro en alemán, en Leipzig, con el título Graphologie, y en 1922 un manual de texto de grafología en checo, junto a Adolf Zelink, bajo el nombre de Dolfina Poppéeova.
Murió en Praga, el 8 de marzo de 1934, aquejada de una enfermedad renal. Existe una biografía suya, aún en manuscrito, que espera un posible editor.
Maria Josep Claret